Ibón es el nombre con el que se denomina en el Pirineo aragonés a los lagos de alta montaña que tienen un origen glaciar.

Los ibones se formaron tras el retroceso de los glaciares que ocuparon hace miles de años estas montañas y su agua es, por tanto, dulce y generalmente bastante fría debido a que proviene del deshielo de las nieves; en casi todos, las temperaturas son del orden de 4ºC.

Como lagos de alta montaña que son, a parte de tener un gran valor paisajístico, poseen un ecosistema muy frágil ante cualquier perturbación, por lo que la mayoría se encuentran en espacios naturales protegidos. Tienen además un gran valor científico y cultural, acumulando un agua de gran calidad que regula los ríos de nuestras montañas.

¿Quieres conocer algunos de los más bonitos? Desde la Compañía de Guías Casa de la Montaña te los enseñamos y te descubrimos más sobre su formación y ecosistema.