La ascensión con esquís al Anayet no es técnicamente difícil hasta el collado que lo separa de su vecino Vértice del Anayet, en el cual, dejaremos los esquís para afrontar la última parte de la ascensión andando, con piolet y crampones, ya que es aquí donde se concentran las mayores dificultades de la ruta. Tendremos que pasar por una zona inclinada ayudándonos de unas cadenas y posteriormente superar unos tramos más verticales para coronar su cumbre.
La bajada con esquís desde el collado no es técnicamente muy complicada, y las vistas desde la cima son de las mejores del Valle de Tena. Sin duda, una de las actividades imprescindibles de la zona